domingo, 10 de junio de 2012

¿Televisa es la única empresa con negocios sucios para acabar con AMLO?


A AMLO no le faltan recursos para salir airoso del debate de hoy en la noche en Guadalajara, pero oigan, culpar nada más a Televisa de la espantosa campaña en su contra nada más porque ya aparecieron las pruebas  me parece injusto. Nada más escuchen algún noticiero radiofónico y dense cuenta que los primeros en empezar las escaramuzas de odio, son energúmenos de la talla de Pedro Ferriz de Con. He ahí el verdadero peligro para México. Ni qué decir de Ciro Gómez Leyva o de Adela Micha o de tantos empleados de la radio para los cuales el valor de ese medio se tasa en pesos y centavos.

Tienen miedo de perder su patrimonio, hecho a base de la manipulación. Suponen que en México somos incapaces de darnos cuenta del brinco que desean dar, partiendo de la mediocracia que han logrado a la plutocracia, ya como todos unos adinerados dueños de la parte del botín logrado cínicamente por medio de las concesiones en sus manos, pero no de su propiedad.

El modelo implantado por Emilio Azcárraga Jean, dueño de un yate de 180 millones de dólares gracias a administrar la televisión de los jodidos (así la llamaba su padre, Emilio Azcárraga Milmo) y de un poder omnímodo sobre miles de trabajadores a sus pies -no a su servicio- es lo que llevan en la sangre decenas de dueños, gerentes o administradores de medios a quienes tenía que llegar la gran oportunidad con un bicho del estilo de Vicente Fox Quesada.

Como Presidente pactó ayudas inverosímiles con Televisa y los que le siguen, para hacer mierda a Andrés Manuel. Y creyó que su influencia sería permanente.

Hoy lo vemos hecho un angustiado promotor del priísta Enrique Peña Nieto, pues sabe que ante la eventual llegada de Andrés Manuel al poder, se las va a ver negras.

Ver a Fox tras las rejas cobra cada vez más fuerza en las causas no solo antipeña. También en la enorme mayoría de panistas agraviados por las estupideces del guanajuatense.

Según lo vemos, los medios convertidos en un colectivo antipeje y promotor de Fox-Martita, hacen agua ante el fin de la era del impune uso de las telecomunicaciones, y tiemblan de miedo porque no saben qué les espera.

Seguramente no van a desaparecer. Es más, algunos se convertirán en binomios de ataque del nuevo sistema. Nada más que en lo sucesivo ya no podrán pasar a la ley por el arco del triunfo.

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