martes, 13 de noviembre de 2012

Desmantelan al C-4


Treinta y cinco empleados del Centro de Control y Comando, fueron tocados por el programa de austeridad; ya piensan demandar laboralmente y hasta tienen quien los asesore.

Arturo Tecuatl

Ayer martes celebramos el día mundial para prevenir la diabetes. Mucho tenemos que hacer para impedir que este mal afecte a nuestros organismos y baje terriblemente nuestro nivel de vida, como le pasó al muy estimado titular del Secretariado Estatal de Seguridad Pública (SESPET), Benito Hernández Fernández, quien pese a ser un hombre disciplinado y constante, vio a últimas fechas mermada su salud, al grado de declararse incompetente para seguir al frente de dicha encomienda.

Temporalmente, su lugar fue asumido por una colaboradora suya, al parecer de nombre Irma Ramírez Solano, encargada del despacho y también encargada de activar la tijera laboral.

Treinta y cinco operadores, agentes y otro tipo de empleados del Centro de Control, Comando, Comunicación y Cómputo (C-4) fueron despedidos desde este lunes 12 de noviembre. Esta vez, nos dicen, no hubo de por medio exámenes de control de confianza no aprobados, simplemente pasaron a engrosar las filas del desempleo.

Todos ellos, se supo en el C-4, decidieron acudir con un viejo camarada, el abogado José Juan Temoltzin Durante, para que los asesore en la demanda laboral colectiva que habrían ya iniciado ante este súbito despido sin aparente justificación.


No entiendo esta política destructiva. Se trata de personal especializado, entre otras cosas en atender y operar las emergencias a través del 066; ellos proveen mediante tecnología computacional e infraestructura de comunicaciones a nivel estatal conectada a una red nacional, mecanismos para la coordinación de acciones en materia de seguridad pública de las distintas instancias.


Pero así ocurre en esta administración, donde nadie hace falta y todos, conservan su trabajo, "según amanezca yo de ánimo". Así lo ha señalado el mandatario. Nadie tiene seguro el empleo.

¿Un mandatario que se conduce mediante su estado emocional?

Este lunes, por ejemplo, manifestó: "me duele el corazón, pero mantengo la cabeza fría". Para el martes, su ánimo decayó y de plano regañó a los reporteros cuando lo cuestionaron sobre los problemas de bullying: "eso ya no es noticia", y no detuvo su arrogante andar por más intentos del gremio para realizarle una entrevista.

Así, con ese desdén, este gobierno abrió el enésimo frente. Su ex colaborador José Juan Temoltzin Durante, removido como titular del Secretariado Estatal de Seguridad Pública, cuando se le relacionó con un secuestrador que resultó ser el jefe de la Policía de Chiautempan, ahora afila lanzas, pues ya no está de aquél lado del mostrador.

Aquella fidelidad a González Zarur, quedó como un buen recuerdo. Más o menos como pasó con su entrañable amigo, Rubén Flores Leal, impulsor junto con él, de Hugo René Temoltzin Carreto, el secretario de la Función Pública que, se olvidó de ambos y se ha concentrado en responder a sus propios intereses. Sus inventores se sienten defraudados, traicionados.

Pero Temoltzin Carreto, tiene una opinión distinta. Seguramente tiene la conciencia tranquila para mirar así, por arriba del hombro a ese par que mucho tiene que ver con su surgimiento, pero ya ve, así es la naturaleza humana.

Muchos en el C-4 suponían que al sustraerse Benito por las razones de salud que ya comentamos, la responsabilidad recaería en Sergio Pintor Castillo, quien se desempeñaba como secretario técnico del Consejo Estatal de Seguridad Pública.

Pero el no ser abogado y, aparentemente no haberse titulado como ingeniero, fue el primer obstáculo para asumir la dirección.

Treinta y cinco empleados más echados a la calle. Convertidos en adversarios. En parte de la estadística dibujada por un programa de austeridad que pronto mermará a la burocracia tlaxcalteca con cerca de 40 por ciento de la plantilla original.












No hay comentarios:

Publicar un comentario